Se supone que una casa de varios millones de dólares es una casa de la mejor calidad, ¿no es cierto? Pero a veces no es así. Cuando Michael Eisner, directivo de Disney Corporation, mandó a hacer planos para una casa, una de las paredes era tan fina que casi se dobló por su propio peso. Otra casa de un multimillonario del software tenía carcoma en la madera y empezó a pudrirse antes de que la casa se terminara. ¿Estaban demasiado atareados para darse cuenta?No, la mayoría de los arquitectos dice: “La gente encuentra los detalles de la construcción aburridos; prefieren gastar su dinero en cosas relucientes”.
Sin embargo, son los cimientos los que determinan la altura, la anchura, la fortaleza, y finalmente el valor de la casa. ¿Estás poniendo todas tus fuerzas en mantener tu imagen pero descuidando las cosas fundamentales de la vida, como la actitud, la integridad y el sentido de propósito? Jesús dice que sus palabras son el cimiento para nuestra vida como “un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca no cayó” (Mateo 7:24b,25b). Las casas construidas sobre la arena se edifican rápidamente, son baratas y fáciles de montar; proveen un bienestar temporal y gratificación instantánea. Sin embargo, el construir sobre la roca es difícil:
lleva tiempo, requiere esfuerzo, previsión y perseverancia; pero el resultado merece la pena. Si no estás seguro de qué clase de casa estás edificando,
¡fíjate en lo que pasará cuando llegue la próxima tormenta! La casa construida en la roca resistirá a la misma tormenta que derribará todas las demás casas a su alrededor. No existen atajos. La vida cristiana que tiene éxito es el resultado del compromiso, la consistencia, y el edificar conforme a la Palabra de Dios. Cuando haces que esas cosas sean el cimiento de tu vida, ¡resistirás cualquier tormenta!
¡fíjate en lo que pasará cuando llegue la próxima tormenta! La casa construida en la roca resistirá a la misma tormenta que derribará todas las demás casas a su alrededor. No existen atajos. La vida cristiana que tiene éxito es el resultado del compromiso, la consistencia, y el edificar conforme a la Palabra de Dios. Cuando haces que esas cosas sean el cimiento de tu vida, ¡resistirás cualquier tormenta!
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